12/12/2010

Nuestro poder de bendecir

La bendición es una hermosa tradición espiritual que se manifiesta en todos los pueblos, de todas las culturas, en todos los tiempos.Instintivamente sabemos que al bendecir derramamos sobre lo bendecido una energía hermosa, positiva, sanadora y protectora.En latín, la palabra bendición se dice benedicere. La palabra "bendición" significa literalmente: Hablar (dictio) bien (bene), es decir, hablar bien de alguien.

El darle una bendición a una persona es la afirmación más protectora, amorosa, y sanadora que podemos ofrecer. Bendecir es mucho más que una palabra de alabanza o apreciación.

Bendecir es más que resaltar los talentos y las obras buenas de alguien. Bendición es afirmar todo el bien, y la luz que todos llevamos dentro. Bendecir es reforzar lo divino en quien hemos bendecido.

Nuestros antepasados claramente entendían que las bendiciones los fortalecían y les traían el bien. Las bendiciones ayudan a las personas a conectarse con su potencial, con la parte luminosa de su ser. Las bendiciones permiten que los bendecidos sean envueltos en la luz espiritual, y se protejan así mismas mediante el contacto con la fuerza espiritual interna.

Las maldiciones son destructivas y por la Ley de Causa y Efecto se devuelven contra quien las pronuncia, pero las bendiciones también se devuelven sobre quien las pronuncias en forma de energía positiva, como una lluvia de luz.

Todos podemos aprender a bendecir. El poder de la bendición se encuentra dentro de nosotros y al bendecir, Dios, que está dentro de nosotros mismos manifiesta su energía amorosa y protectora.

La bendición es un acto metafísico de amor y por lo tanto de transformación y trasmutación de la energía negativa en energía positiva. En lugar de pronunciar interiormente “Dios te Bendiga”, pronuncias, “Dios te Bendice”, porque quien bendice es Dios que se encuentra dentro de ti y siempre en presente. Al bendecir haces que tú también te bañes en esa luz de amor que transitará a través de ti. Al bendecir, eres bendecido.

Nuestra palabra tiene poder, debemos ser muy cuidadosos al hablar, ya que la palabra se vuelve portadora de energía. Los que maldicen derraman sobre sí basura psíquica y energías oscuras y negativas. Los que bendicen derraman sobre si y sobre su entorno, todo lo bello, todo lo hermoso y toda la luz del Dios del Universo. El Dios que habita en mi corazón, les Bendice a todos.


Leonardo Díaz
profesorleonardodiaz@gmail.com
http://vidauniversal.cielo.org.

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